martes, 18 de enero de 2011

Nace Gestión y Cuidados Surai, SLL

Lo primero de todo que hicimos, fue buscarnos un nombre propio. Algo que describiera lo íbamos a hacer. Y un nombre que nos identificara, hasta tal punto, que SURAI, eran las iniciales de nuestros nombres.


Y Gestión y Cuidados porque íbamos a cuidar a personas y hacer gestiones administrativas que las familias no pudieran hacer, y nos las encargaran a nosotras.


Teníamos hasta sintonía,... todo era ilusión. Y ganas de empezar... pues empezamos por registrar el nombre en el Registro Mercantil, no fuera a ser que alguien tuviera la misma idea que nosotras.


Y empezamos a cumplimentar los datos del Plan de Empresa, lugar de actuación: Mairena del Aljarafe....


Con la información que habíamos conseguido de internet (quien dice que Google no es una herramienta de trabajo, hay que saber buscar información de fuentes fiables), nos fuimos a la Ventanilla Única Empresarial, para informarnos de las ayudas y subvenciones a las que podíamos acceder, ya que la forma jurídica la teníamos decidida, S.L.L. (Sociedad Limitada Laboral), y lo que nos sorprendió fue que la que persona que nos atendió no sabía ni lo que era una SLL, en fin, que se hizo fotocopia de los papeles que yo llevaba para informarse (el mundo al revés), así que nos fuimos de allí igual que habíamos ido. Al menos esa noche, alguien dormiría sabiendo algo nuevo.


A los pocos días, estuvimos en el CADE (Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial) de San Juan de Aznalfarache, donde nos dijeron que un proyecto como el nuestro no podría acceder a las naves ni oficinas de la Fundación Andalucía Emprende, porque no éramos ni innovadoras ni tecnológicas... Y ese mismo día nos atendieron el la Oficina del Instituto de la Mujer de la misma localidad y nos dijeron que una idea como la nuestra no tendría futuro, porque empresas de ayuda a domicilio había muchas...


En ese momento ya, empezamos a tomar con seriedad esas palabras, y buscamos empresas que hubiera allí por esa zona,... razones no le faltaban, había tres. La idea de que aquel no era un buen lugar para nuestra empresa, era cada vez más firme.


Con este panorama, yo seguía buscando información y completando el plan de empresa, y con el apoyo abrumador que habíamos encontrado la verdad que tampoco le teníamos mucho apego... no nos costó ningún trabajo pensar el proyecto en otro municipio.


Entre tanto me llamaron del CADES (el curso de experto donde yo tenía tanto interés en entrar), y me dijeron que por mi situación de desempleo no podía entrar ya que solo era para personas ocupadas, y que me quedaba la primera en reserva que si alguien renunciaba, la siguiente era yo en entrar. 


A las dos semanas me llamaron, estaba dentro del CADES, no me lo podía creer. Empezaba con muchísima ilusión una experiencia nueva, donde conocería a personas relacionadas con el sector, de las que podía aprender mucho.





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